lunes, 26 de enero de 2009

Mi refugio


Mi refugio

Cuarenta minutos ha durado la travesía. Hoy no ha habido mala mar. Desembarcamos mi soledad y yo con un montón de conflictos como único equipaje de mano, con el firme propósito de lanzarlos por el acantilado, de hacerlos evaporar antes de que lleguen al mar.

Como siempre, cuando llego al puerto, me emociono. Me impaciento por llegar a casa. Tengo deseos de esconderme, de perderme entre los caminos rurales, de conquistar al viento para que me ayude a caminar. Mientras camino voy acariciando cada piedra y cada flor con la mirada. Me detengo cada pocos pasos para escuchar ese silencio que me seduce, que me envuelve, que me hace escapar una sonrisa de satisfacción.

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2 comentarios:

blog familia gomez de rivera dijo...

Precioso. Sé que así lo sientes y así lo reflejas maravillosamente en este pequeño paréntesis.
un beso

siete-mares dijo...

GENIAL!!! Siento como mío ese estado de ánimo.Muy bien compañera!!!