jueves, 4 de diciembre de 2008

Ayer soñé


Ayer soñé

Ayer soñé con mi madre. Estaba preciosa, con trenzas de colores en el pelo, la mayoría de un color azul claro. Me acerqué y besé su cabeza con mucha dulzura y cariño, y ella me sonrió. Acabó el sueño en ese momento, como acabó su vida. Y tampoco en esta ocasión me pude despedir de ella, ni darle las gracias por haber estado siempre ahí, por haberme querido siempre, por haberme perdonado siempre.

Las lágrimas no me dejan continuar, las siento en mi garganta, con un sabor salado, como saladas las debió sentir ella todas las veces que la he hecho llorar. Acabó con toda su reserva de lágrimas para continuar llorando sangre, hasta que tampoco le quedó una gota. Y después ya no lloró más.


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